Prevenir asaltos
Uno se convierte en víctima de asalto cuando se muestra distraído ante el entorno o simplemente si se posee lo que el delincuente “necesita”, es decir, un MOTIVO. Si usted camina por la calle, manténgase atento a lo que sucede a su alrededor.
No se pueden determinar las características de un delincuente, pues se puede topar con un hombre elegantemente vestido o incluso con una mujer. Lo que si se puede hacer es observar el comportamiento del sospechoso, así como sus manos (que generalmente las lleva en los bolsillos u ocultas) y sus ojos.

Nunca piense “a mi nunca me va a ocurrir”, el exceso de confianza es un error grave.
Si llegara a identificar una situación sospechosa evítela, aléjese de ella cambiando de dirección.
Manténgase a distancia del sospechoso y no permita que se le acerque. Dicen “que a nadie se asalta a distancia”, o sea, evite la OPORTUNIDAD de que lo sorprendan.
Si el sospechoso camina hacia usted, cambie de acera y observe la manera en cómo reacciona. Si cruza con usted, la probabilidad de un ataque es más alta.
Ante esa situación busque un lugar donde resguardarse, como lugares con muchas personas o un local con guardias de seguridad o policías. El délinquante busca tener EL MENOR RIESGO.
Si no encuentra un lugar donde refugiarse, cambie el rumbo y el sentido de la dirección que lleva, así usted mantendrá el espacio entre los dos.
Si el sospechoso acelera el paso en dirección hacia usted, corra y observe el comportamiento del agresor. Esta acción mantendrá el espacio entre ambos. Pero si el asaltante lo aborda, no intente correr, solo expondría su vida.
Está claro que si el sospechoso corre hacia usted quiere cometer un ilícito, de ser así grite o llame al 110. Generalmente el delincuente no correrá tras de usted por mucho tiempo, ya que no pretende llamar la atención y preferirá elegir otra víctima que no esté prevenida, atenta y preparada. El délinquante quiere ocupar EL MENOR TIEMPO posible.
Si tuviera el “presentimiento” de que alguien pudiera asaltarlo, nunca deseche la posibilidad. Algunas víctimas de asalto relatan que percibieron que algo les sucedería y no realizaron las medidas de prevención.
Al momento de un asalto, el delincuente se encuentra en un estado mental de inestabilidad, pues lo dominan el miedo y el nerviosismo. Si se reacciona de manera errónea, podría provocarse una acción violenta.
Christophe Scerri Jefe de Operaciones Persa Seguridad